05 abril, 2013

Características del sector residencial en España y sus implicaciones sobre la Eficiencia Energética

Este post describe cómo las características que definen el sector residencial en España afectan al nivel de inversión en eficiencia energética. El sector residencial presenta una multitud de particularidades y especificidades que hacen que la difusión e implantación de la eficiencia energética sea especialmente compleja; antigüedad y tipo de viviendas, ratio de ocupación o tamaño de las viviendas, o ingresos son factores que hacen que la inversión en eficiencia energética sea más o menos difícil. 
Como ya hemos hablado en ocasiones anteriores, existen una serie de barreras que dificultan en gran medida la amplia difusión y adopción de la eficiencia energética, a pesar del gran potencial de ahorro energético que presenta (lo que se conoce como ‘Paradoja de la Eficiencia Energética). Estas barreras consisten principalmente en: una información incompleta y asimétrica, el problema del principal-agente, los altos costes asociados a la mayoría de estas inversiones, la incertidumbre, la inercia o lo que se conoce técnicamente como ‘racionalidad acotada’, etc. Sin embargo, el sector residencial presenta un nivel de complejidad especialmente relevante que hace que la adopción de medidas de eficiencia energética sea mucho más complicada que en otros sectores como, por ejemplo, la simple adquisición de electrodomésticos o vehículos eficientes.
Para dicho análisis nos ayudaremos del informe ‘Análisis del consumo energético del sector residencial en España’ realizado por el IDAE dentro del proyecto SECH-SPAHOUSEC. A continuación presentamos las principales características del sector residencial en España y en qué medida cada una de ellas puede representar una dificultad o una ventaja para la introducción de tecnologías eficientes. 
  1. Bloques o vivienda individual: el 70% de los hogares vive en bloques de viviendas. Las viviendas en bloque dificultan notablemente cualquier tipo de decisión sobre inversión debido al mayor número de personas que se tienen que poner de acuerdo. Es, por lo tanto, un factor con efectos negativos importantes que nos diferencia de otros países como Reino Unido con mayor presencia de viviendas unifamiliares. 
  2. Alquiler o propiedad: el 92% de los hogares viven en régimen de propiedad. Este porcentaje también es superior al resto de países y al contrario que el tipo de vivienda, supone un factor positivo para la inversión en eficiencia energética. Está relacionado directamente con el problema del principal/agente que ocurre en situaciones como la siguiente: el inquilino que es quien paga las facturas del gas y la electricidad y podría tener interés en invertir en eficiencia energética para ahorrar costes, no es el encargado de dicha inversión ya que es probable que pierda la inversión en el momento en el que abandone la vivienda. Sin embargo, el propietario que es el encargado de la inversión no tiene incentivos ya que no es el que se beneficiará del ahorro en las facturas. 
  3. Antigüedad: el 49% de las viviendas fueron construidas entre 1979 y 2005 (según otra fuente, el 53% de las viviendas fueron construidas antes de 1980). La antigüedad de las viviendas tiene implicaciones sobre el tipo de medidas de eficiencia energética que se deben aplicar y el propio grado de eficiencia energética del parque de edificios; cuanto más envejecido sea nuestro stock de edificios menor será nuestro nivel de eficiencia energética. Por otro lado, es posible que las construcciones más antiguas requieran de medidas estructurales mucho más complejas y con un coste mucho mayor. Por lo tanto, un stock de viviendas envejecido podría tener un potencial de ahorros energéticos mayor pero se requiere de un esfuerzo de financiación más elevado.
  4. Composición del hogar: España tiene una población envejecida. La edad de los miembros del hogar juega un papel determinante a la hora de invertir en eficiencia energética; generalmente las personas de edad avanzada sufren una mayor falta de información mientras que los retornos de la inversión se producirán durante un periodo más corto, lo que supone un efecto negativo sobre la inversión. 
  5. Renta: en el año 2010, más del 60% de los hogares pertenecían a una clase social igual o superior a la media, con rentas superiores a los 30.000 euros al año (esta cifra es susceptible de haber disminuido en la actualidad como consecuencia de la crisis económica). Generalmente, la renta está identificada como un factor con efectos positivos sobre la inversión en eficiencia energética. 
Como siempre, es necesario hacer análisis profundos sobre estos temas. Las características aquí mencionados pueden tener implicaciones adicionales a las descritas, sin embargo, la principal conclusión que se debe sacar es al hecho de que el sector de la edificación presenta un nivel de complejidad muy elevado que dificulta especialmente la difusión de la eficiencia energética. Factores como el amplio número de agentes involucrados en la toma de decisión,  la heterogeneidad entre edificios y hogares o el alto coste asociado con las inversiones en eficiencia energética, han de ser considerados por cada gobierno a la hora de aplicar políticas de eficiencia energética, ya que hacen que estas tengan efectos diferentes en función de la población sobre la que se apliquen, pudiendo ser válidas en unos casos y en otros no.  

3 comentarios:

  1. Visto el informe de IDAE de otra manera, las viviendas en bloque no dificultan o son ninguna barrera a la eficiencia energética. La eficiencia ya está ahí. Según el informe, en los "pisos" el consumo medio anual no llega a 8 MWh, mientras que en las unifamiliares sobrepasa los 17 MWh. Más del doble y además utilizando derivados del petróleo en vez de electricidad, que es más renovable en promedio.

    La solución, por lo tanto, para un usuario que quiera comprar una vivienda nueva o cambiar de casa, contribuyendo a la eficiencia energética, no es poner una placa solar en una unifamiliar, sino irse a vivir a un piso; su construcción es más eficiente desde el punto de vista del ahorro y eficiencia energéticas.

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  2. Hola Alfredo. Desde mi punto de vista, algo que es menos malo no necesariamente es bueno. Quiero decir que una vivienda en bloque consume menos que una vivienda unifamiliar pero eso no implica que sea eficiente. En España más de la mitad del parque de edificios fue construido antes de que los códigos de la construcción incluyeran requisitos de eficiencia energética y, por lo tanto, hay mucho margen para mejorar su rendimiento energético. Y en este sentido, durante la toma de decisión sobre una posible inversión en eficiencia energética en la vivienda en bloque entran en juego muchas más partes, por lo que llegar a un acuerdo siempre es más complicado. Este es el factor que supone una barrera adicional para incrementar el nivel de eficiencia energética en los edificios en bloque con respecto a las viviendas unifamiliares.

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  3. Excelente artículo Ana, en mi opinión, en estos momentos el principal problema es el económico ya que este tipo de acciones son bastante costosas aunque los beneficios a largo lo compensan. Yo vivo en un edificio de 90 vecinos y siempre es dificil ponerse deacuerdo para cualquier cosa pero a mi me gustaría proponer la intalación de placas solares en el tejado, se que es costoso pero, tal y como se está poniendo la factura de la luz, se puede rentabilizar en no mucho tiempo.

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